lunes, 23 de febrero de 2009

Hola a tod@s. El domingo hizo un día espléndido, con un sol tamizado por una leve calima y temperaturas de 13 a 15 grados. Así que a media mañana me puse en camino hacia el desierto. La luz y el aire cargado de humedad daban profundidad a las laderas y los barrancos. Un día perfecto para subir hasta el convento por los caminos menos transitados y comprobar el estado de la floración.

Como podéis imaginar, las flores de invierno ya se han desplegado completamente. El tojo (Ulex minor) aparece cubierto de flores amarillas y el brezo blanco (Erica arborea) por una capa de diminutas flores blancas. Alrededor revoloteaban los abejorros y las abejas.

Algunas mariposas se ven aquí y allá: las Pararge egeria ya se atreven a juguetear alegremente en el aire, y un licénido azul pasa volando rápidamente con las prisas de no se sabe qué. Los licénidos deben estar ya emergiendo de sus capullos, y aunque en este caso no pude distinguir la especie, hace 3 semanas observé ya un ejemplar de Celastrina argiolus. Sin embargo, las bajas temperaturas no ayudaron a observar muchos insectos.

Tampoco loa pájaros estaban muy activos, aunque los verdecillos cantaban ya como expertos, y algunas currucas cabecinegras se atrevían a desgranar alguna débil estrofa. Los petirrojos prefirieron seguir al abrigo de los arbustos haciendo tic, tic, tic.

Hay que señalar que, desde hace unas semanas, muchos de los caminos han sido limpiados de maleza en sus orillas de manera decidida por el personal del parque. Esto obliga a introducirse un poco más en la maraña de matorral para observar la vida silvestre, pero esperamos que ayude a mantener el parque más accesible y a prevenir incendios. ¡Hasta pronto!

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